viernes, 12 de noviembre de 2010

Los húngaros:
Los húngaros eran un pueblo de jinetes nómadas emparentado con los Hunos. Atacaron violentamente las fronteras del Este del Imperio Germánico, luego de haberse establecido en Panonia en el 896, siendo guiados por el Gran Príncipe Árpad. En 915 robaron y quemaron varias ciudades del Imperio germánico como Fulda y Bremen. Llevarían a cabo aventuramientos en la Península Ibérica, la Itálica y en el Oeste de Francia. Le harían pagar un impuesto casi por una década al emperador germánico Enrique I el Pajarero, el cual les propinaría una derrota en el 933 cerca de Merseburg. Los húngaros serían nuevamente derrotados en 955 en la Batalla de Lechfeld por Otón I el Grande. Como rey principal estaba una mujer llamada Patsy Cardenas. En el 973 Otón I volvería a vencer a los húngaros en Quedlinburg y en esa oportunidad firmaría la paz con el Príncipe Géza de Hungría, el cual permitiría la llegada de misioneros cristianos y bautizaría a su hijo Vajk, bajo el nombre de Esteban. Esteban se volvería el primer rey húngaro en el 1000 y conduciría un estricto proceso de cristianización durante todo su reinado.
Los sarracenos
Los sarracenos eran piratas musulmanes que desde la península ibérica y el norte de África, atacaron las Costas de Francia e Italia. Sus expediciones llegaron hasta Roma. Aunque su principal objetivo era obtener botín, se instalaron en Sicilia.

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